El blog de "La ciencia del color",el libro de Ana von Rebeur de la colección Ciencia que Ladra, Editorial Siglo XXI, 2010. Mail :anavon@hotmail.com Twitter : @anavonrebeur
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Entrevista a Ana von Rebeur en Diario Z , 17/11 / 2020
Nota a Ana en Diario Z , del 17 de Diciembre de 2010 :
http://www.diarioz.com.ar/nota-historia-de-los-colores-el-que-quiera-celeste.html
Historia de los colores: el que quiera celeste...
En el pasado hubo guerras y se molieron momias para obtener pigmentos. Esas y otras historias narra con humor la artista plástica Ana von Rebeur.
Ana von Rebeur, periodista y escritora, artista plástica y humorista gráfica, afirma que todo color comunica, que todo color quiere decir algo: "Voy con la cámara por la calle levantando colores de todos lados", cuenta Ana, sobre la experiencia que le dejó escribir su nuevo libro La ciencia del color. Historias y pasiones en torno a los pigmentos, que editó Siglo XXI.
"El que quiera celeste, que lea este libro", escribe que relata a través de diferentes historias cómo la humanidad fue descubriendo los pigmentos y cómo se relacionan con el devenir de los pueblos. Desde el primer cavernícola que pintó un bisonte en una cueva, pasando por Van Gogh esperando que Theo, su hermano, le enviara algún pomo de pintura. O las pinturerías modernas donde se puede elegir el color o inventarlo mezclándolos.
Entre los muchos oficios e intereses de Von Rebeur, se incluye haber estudiando Química durante cuatro años antes de dedicarse al periodismo y al humor gráfico. Y los colores fueron siempre una obsesión: "El proceso comenzó veinte años atrás cuando empecé a hacer las tapas de mis libros. Dividimos el libro en la percepción de los colores, cómo lo vemos, la historia color por color, el significado que tiene en distintas culturas y el efecto subjetivo que tiene el color en las personas, algo científicamente comprobado"; dice Ana.
Efectivamente, los colores no significan lo mismo en diferentes culturas. Por ejemplo, en Japón el color de luto no es el negro sino el blanco. Y en China, el rojo atrae la prosperidad y la suerte; en Occidente, los amarillos y marrones señalan comida y el azul se asocia con la seriedad y la higiene. "Somos todos robots de los colores, ejercen efectos tan subjetivos que nuestras vidas están manejadas por los colores, comprás una cosa, elegís una pilcha y no otra, te cae bien una persona y no te cae otra", reflexiona Ana.
El libro derriba unos cuanto mitos. Por ejemplo, que los perros ven sólo en blanco y negro. Y explica por qué los toros no reaccionan ante la capa roja del torero. O cómo se forma el arcoíris. Pero, sobre todo, afirma que los colores no existen sino que nuestros ojos convierten la luz en colores, que éstos, por lo tanto, son una invención del ser humano.
"Durante siglos había que encargarle los pigmentos a un boticario, que usaba lo que encontraba a mano para hacer pinturas que duraran. Durante años, los europeos viajaban a Egipto a traerse momias para machacarlas en su estudio y vender un color negro que permanecía muy estable, que se conoció como ‘negro de momia'. Muchísimas vírgenes renacentistas están pintadas con momia molida para hacer las sombras y los negros", comenta Ana.
-¿Por qué dice que somos testigos de la era del color?
Somos muy privilegiados. Hace muchos siglos que el ser humano está tratando de encontrar un pigmento que tenga características básicas: que no se cuartee, que no destiña en el primer lavado, que permanezca y que no sea venenoso, porque casi todos los venenos tienen colores brillantes y al obtenerlos la gente se moría. Por ejemplo, en Inglaterra en 1860 los recién nacidos se morían en sus cunas porque las familias adineradas compraban un empapelado verde inglés, que al pegarle el sol hacía que la pintura largara gases arsénicos. Fueron siglos y siglos de guerras y peleas: cortaron cabezas por el amarillo del azafrán, hubo una guerra por el lapislázuli iraní, otra guerra por el índigo que venía de la India. Todo antes de la revolución industrial.
-La gente suele decir que esta ciudad es color gris.
Siempre en arquitectura se dejó la materia prima del color que es. Salvo alguna pretensión arquitectónica, la gente no se preocupaba en ponerle color. Ahora, me parece que hay mucho prejuicio contra el color porque se calcula que es una frivolidad de gente poco seria y que las construcciones sólidas no deberían tener color. También decidir de qué color se pinta un edificio llevaría a una discusión bizantina, que el rojo es muy fuerte, el amarillo muy chillón. Y como dice el arquitecto Rodolfo Livingston, nos quedamos todos con el gris consorcio.
-Somos muy prejuiciosos.
Y nos quedamos con los colores que no le molesten al vecino, lo cual es una pena porque en esta época un poco minimalista en el arte plástico también hay prejuicio con el color, las revistas de decoración usan blanco, negro, tostados y pará de contar, y el que pinta colores jugados tiene que exportar.
-En el libro también hay mucho humor.
Sí, la idea fue hacer un libro que no sea para entendidos, que lo pueda leer un chico de 15, una abuela, un almacenero, simple, al grano y con datos curiosos. Enseñarle a la gente que aprender es divertido, descubrir que los colores son energía lumínica y que esa energía nos atraviesa.
Más información: www.poderososcolores.blogspot.com
DZ/km
Nahuel Mercado Díaz Redacción Z
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