lunes, 13 de julio de 2009

El color en la memoria


El recuerdo del color: la memoria visual
Si decimos rojo (el nombre del color rojo) y hay cincuenta personas escuchándonos, cabe esperar que haya cincuenta rojos en sus mentes. Y es posible estar seguros de que todos esos colores rojos serán diferentes. Incluso si especificamos un determinado color que todos hayan visto innumerables veces, como el color verde limón, o el azul marino, seguirán pensando en verdes y azules muy distintos. Más aún, si todos los oyentes tienen delante de sí, centenares de azules para entre ellos elegir el color azul marino, nuevamente se elegirán colores diferentes, y ninguno estará seguro de haber encontrado el matiz de azul exacto.
Esto demuestra que es muy difícil, si no imposible, recordar todos los diferentes colores. Esto pasa, en primer lugar, debido al importante hecho de que nuestra memoria visual es muy pobre en comparación con nuestra memoria auditiva. A menudo, somos capaces de repetir una melodía que sólo se ha oído una o dos veces, pero difícilmente podremos repetir exactamente el matiz de un color que vemos todos los días, de manera exacta, a través del recuerdo.
En segundo lugar, la nomenclatura del color es insuficiente. Aunque hay innumerables colores –matices–, el vocabulario cotidiano sólo cuenta con una treintena de nombres para designarlos2.
1. KÜPPERS, Harald. Fundamentos de la teoría de los colores, Editorial Gustavo Gili, 1978, Barcelona – ESPAÑA [↩]

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